Puri ha heredado dos cosas de su padre: la pasión por el chocolate y una plantación de cacao situada en Vinces, Ecuador, la ciudad conocida como el «París Chiquito». Aunque no ha visto a su padre desde que era un bebé, este le ha dejado una parte de la plantación que poseía. También les ha dejado su parte a los tres hijos ilegítimos que tenía. Tras aprender el arte de la chocolatería de su abuela, la joven abre una tienda de chocolate en su país, pero, deseosa de saber más sobre el origen de su amado chocolate, se lanza a cruzar el océano con su marido, Cristóbal.