El concepto de discapacidad se ha transformado profundamente. Se espera que durante las primeras décadas del siglo XXI la discapacidad (sea cual fuere) deje de ser considerada una limitación enteramente biológica y se conciba como una interacción entre los recursos personales y el soporte que el entorno ofrece. Dicho de otro modo, si una persona con limitaciones sensoriales, motoras o cognitivas encuentra en su entorno social el soporte necesario, podría acceder a una vida plena como ser humano. Reconocer la diferencia requiere, por tanto, comprender las necesidades particulares de cada población.