No deja de ser llamativo que, entre tanta proliferación de discursos pedagógicos y educativos, entre tantos esfuerzos por ordenar tradiciones y culturas dentro de un campo más imaginario que real, la pregunta por lo que hicieron la pedagogía y la educación colombianas mientras millones de compatriotas eran asesinados y desplazados no se eleve con suficiente fuerza y decisión. (tomado del libro)