Ismael, un anciano profesor jubilado, y su mujer, Otilia, viven morosa y modestamente en el pueblo de San José desde hace cuatro decenios. A Ismael le gusta espiar a la mujer de su vecino, y Otilia suele reconvenirlo, avergonzada. Hasta que el ambiente idílico del pueblo se enrarece. Las desapariciones de algunos familiares extienden el miedo entre los habitantes de San José y parecen preludiar sucesos aún más graves. Una mañana, tras volver de un paseo, Ismael se entera de que unos soldados de no sabe qué ejército se han llevado a sus vecinos. Le cuentan también que su mujer lo ha estado buscando e intenta dar con ella en vano.