Publicada por primera vez en 1950, cuando la electrónica digital estaba en sus infancia, Yo, robot resultó ciertamente visionaria y tendría una influencia enorme no sólo en toda la ciencia-ficción posterior, sino incluso en la propia ciencia de la robótica. Aquí formuló Isaac Asimov por primera vez las tres leyes fundamentales de la robótica, de las que se valdría para plantear interrogantes que se adentran en el campo de la ética y de la psicología. Tomado del libro.