A lo largo de la vida de un ser humano, cientos de imprevistos acontecen y devienen todo un reto, más cuando este cambio es impuesto. Situaciones adversas, como la del confinamiento ante una pandemia, pueden resultar difíciles de aceptar. Nunca hubiéramos pensado tener la posibilidad de vivir un experimento natural en el que gran parte de la humanidad estuviese confinada en su hogar. Este tipo de crisis ofrece un espacio para auscultarse a uno mismo y analizar quién posee de verdad liderazgo, quién tiene carácter para no dejarse caer por el abismo. No obstante, ese estado también produce un sufrimiento compartido, donde las pesadillas y los sueños cargados de ansiedad son los protagonistas.