Un entrenamiento táctico secuencial y sustentado en el modelo de juego que quiere implementar el entrenador y en las necesidades tácticas del equipo y los jugadores, producirá indudablemente en los futbolistas un incremento cuantitativo y cualitativo en su repertorio táctico y redundará en un mejoramiento sustancial de su rendimiento táctico que se verá reflejado en la competición.