Un lugar que interroga y una interrogación que se hace a un lugar: el lugar del practicante en la institución hospitalariaTrabajo de Grado / PDF-Archivos Legibles por Computador
Trabajo de grado (Magister en Psicología. Profundización en Psicología de la Salud Ocupacional) -- Universidad de San Buenaventura. Facultad de Psicología, Cali, 2020 Trabajo de Grado disponible para consulta interna en área de Circulación y Préstamo 1 piso Documento disponible en Respaldo Interno (7445) Disponible también en CD-Rom
El artículo que presento a continuación sintetiza la experiencia de mi práctica clínica en la sala 5 del Hospital Psiquiátrico Universitario del Valle (HPUV) durante el año 2019. Sala de mediana contención que aloja 26 pacientes adultas mayores y una que otra adolescente, diagnosticadas con alguna forma de psicosis y/o esquizofrenia. El texto describe la experiencia de innumerables encuentros con estos seres humanos singulares, pero además pretende dar testimonio de cómo es afectado el practicante clínico por estos encuentros, cómo consigue crear las condiciones básicas para producir una mínima sustitución de aquello que nunca sucedió y devolverle a este singular ser algo que le permita hacer con aquella falla. Ahora bien, si esto es por sí mismo complejo, agréguese, además, que debe obedecer a la lógica inherente del Hospital Público, donde un dispositivo de escucha orientado por el psicoanálisis es tan extranjero como los mismos seres que son internados en cada una de las salas.
En el texto “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Lacan (1958) planteará que la política del psicoanálisis, es decir, ese arte de lo social, de su modo de conducirse, es el estatuto que entraña al deseo del analista, aspecto que se anudará a una ética del psicoanálisis, que Lacan formulará en el Seminario 7 como la ética del deseo, que por demás será siempre singular.
(Lacan, El seminario. Libro 7: "La ética del psicoanálisis", 1995).
