Este trabajo reflexiona sobre la tendencia de la moral occidental a negar la ambivalencia de la pulsión, desde un punto de vista en el que el psicoanálisis dialoga con la literatura, la filosofía, la etnología y la antropología. Esta perspectiva cuestiona tanto la abstracción demonizante de la agresividad, el odio y la muerte, como la idealización desustancializada del sexo, el amor y la vida. Así, habilita una valoración de la ambivalencia que nos obliga a pensarnos como mortales y como mortíferos y, además, nos enfrenta a algunos viejos aspectos actualizados del sentimiento de culpabilidad vinculados con la oralidad. La desmentida de la ambivalencia es solo un aspecto de la pretendida renuncia teológica o “racional” de las pasiones y la cultura.