CONTENIDO:Crecer juntos como personas, como compañeros
Somos dueños de nuestros pensamientos
El jardín de la mente
Pensamiento y propósito
Amar ¿tarea insignificante?
Desterrar el miedo
Éxito ¿sin sacrificio?
Éxito, corona del esfuerzo
Los hacedores del mundo
Misión significativa
Abrigue un sueño
¿Suerte o dedicación?
Equilibrio y tranquilidad
Silencio interior
Entrar en la conciencia
La regla de oro
Dar y recibir: base de la relación interpersonal
Entregar a otros lo que buscamos para nosotros
Mantener la circulación de la felicidad
Decisiones conscientes
Saber decidir
Trabajar juntos
Potenciar las cualidades y ponerlas al servicio de los demás
Motivar y auto-motivarnos
Gente triunfadora
El triunfo: una decisión
¿Vida improvisada o vida proyectada?
Intensidad del deseo, fuerza del logro
“Si quieres”
Algunas formas de fortalecer el corazón
Actuando con conciencia lúcida
Trigo y cizaña
Juicios de valor
Aligeremos nuestro equipaje
Potencia incalculable
Visualizarse como héroe
Autocontrol
Esfuerzos y resultados
Cadenas imaginarias
Ámese
Potenciar la autoestima
Salir de la negatividad
No hay comida gratis
Esfuerzo con dirección
Hábitos que condicionan nuestra vida
Cultivar buenos hábitos
Hoy es tiempo de triunfar.—Perseverancia
Voluntad férrea
Obtener beneficios en situaciones adversas
Confundimos amor con felicidad
Purificar nuestras intenciones
Fiel y consecuente con el proyecto de Dios
Recordar con agrado
Resumen
En este libro el profesor Eduardo Santos Ribón Badillo, nos sorprende y anima con un robusto cuerpo de reflexiones servidas muy especialmente para todos los que asumimos seriamente la responsabilidad en la educación de los jóvenes, a modo de píldoras elocuentes y significativas surgidas seguramente en su diario interactuar con los alumnos en el aula y fuera de ella En efecto, nos encontramos aquí ante una coloquial sucesión de íntimas reflexiones portadoras, cada una, de importantes lecciones de vida con olor a pizarra, pupitres, corredores y acabadas experiencias que ponen al lector en franco diálogo consigo mismo.
En los tiempos que nos ha correspondido vivir, tanto a las nuevas como a las antiguas generaciones, ¡enhorabuena esta publicación! que, desde el comienzo, nos invita a crecer juntos para que a la final recordemos y recojamos con agrado los sazonados frutos de lo que se ha sembrado
