CONTENIDO:
Notas de los editores
Jean-Pierre Denis y Franck Nouchi
¿QUÉ ES UNA UTOPÍA?
INtroducción
La utopía es necesaria para volver a la realidad
Gran angular Un mundo de utopías
La definición
del arquitecto Dominique Perrault
de la científica Claudie Haigneré
de la jurista Mireille Delmas-Marty
del agricultor Pierre Rabhi
del poeta Gabriel Okoundji 19
del psiquiatra Boris Cyrulnik
Cuando el sueño se vuelve pesadilla Edgar Morin
LOS ORÍGENES DE LA UTOPÍA
Introducción
La utopia capta su inspiración de la realidad
La Grecia clásica Primer concepto de un lugar inexistente
El paraíso Los jardines de los méritos
El mesianismo El hombre expectante del orden divino
Las primeras comunidades cristianas La radical condena de toda utopía
Ciudades míticas Entre idealización y desconfianza
Las utopías políticas Tomás Moro, el otro lado de la crítica
La Reforma El nacimiento de la Iglesia protestante
El Nuevo Mundo Hacia la conquista de la libertad
La masonería Las logias de la sabiduría
La arquitectura de la Ilustración
El siglo de los constructores de la racionalidad
La Revolución Francesa La aparición del ciudadano
Las tierras imaginarias Lo desconocido, ese monstruo que nos devora
Representar el mundo La utopía del planisferio
LAS UTOPIAS EN MARCHA
Introducción El XIX, siglo de las utopías apasionadas
Movilidad y comunicaciones Cada vez más lejos, más rápido
Una lengua universal La utopía del esperanto
La medicina triunfal Todavía no se rinde las enfermedades infecciosas
La eugenesia ¿Perfeccionar la especie humana?
La escuela para todos La escolarización, un desafío planetario
El turismo social La democratización de las vacaciones estivales
El feminismo El combate por un femenino plural
Las comunidades del siglo XIX La tierra prometida de los “artífices” del mundo
Las comunidades francesas del siglo XIX Del falansterio al familisterio
Creación Artísticamente libertario El urbanismo en los siglos XIX y XX Una norma para todos, y la felicidad, ¿para quién?
El anarquismo Un ideal libertario sin dios ni amo Gaetano
El comunismo Cuando el sueño socialista se trunca
La no-violencia Una resistencia activa, colectiva y militante
El sionismo La promesa de una tierra para la diáspora judía
El panarabismo Un mundo árabe complejo
El proceso de la utopía El trágico universo de las distopías
¿EL FIN DE LAS UTOPÍAS?
Introducción La ecología, nuevo vínculo de fraternidad
La seguridad alimentaria ¿El fin del hambre?
El reciclaje Residuos cero, ¿una carrera sin fin?
Salvar el planeta El medio ambiente exige una organización
Limitar la dispersión urbana La ciudad vertical resurge
Otro mundo posible es necesario Los indignados, ¿nuevos altermundialistas?
La relocalización Un mundo sin crecimiento
Las comunidades contemporáneas
A la búsqueda más personal de una vida diferente
Las comunidades contemporáneas en Francia La ola de la ecoutopía
El olimpismo ¿Una comunión deportiva
La construcción europea ¿Un modelo único debilitado?
El panafricanismo Hacia una identidad cultural africana
Las revoluciones árabes El derecho a la dignidad, ¿un paso hacia la democracia?
La justicia reparadora Una alternativa al sistema penal Denis Salas 138 Justicia ¿Promover las prisiones sin muros?
Cine y ciencia ficción Películas futuristas cada vez más pesimistas
LAS UTOPÍAS DEL MAÑANA
Introducción La tercera revolución industrial ha empezado
Vivir en utopía La naturaleza retoma sus derechos en la ciudad
Las mujeres al poder ¿Una forma de gobernar un tanto diferente?
El matrimonio por amor El corazón tiene razones que la tradición desconoce
Un mundo sin conflicto ¿Cuándo llegará la paz perpetua?
Un mundo igualitario El fin de la fractura Norte-Sur
Libre circulación para todo Un mundo sin fronteras Catherine
Internet Un nuevo mundo interactivo y libre
El humano eterno Envejecer cada vez más tarde La biología sintética Un inmenso lego genético
La transhumanidad ¿Habrá que olvidar el humanismo?
Controlar el clima Una manipulación de pesadilla
Energías verdes 100% renovable
Energía La fusión nuclear, una opción por confirmar
Explorar el planeta rojo El ser humano en Marte, ¿destino o ilusión?
La vida del mañana En busca de extraterrestres
Gran entrevista con Albert Jacquard “Ser utopista significa pedirlo todo, no contentarse con un poco” declaraciones recogidas por Chantal Cabé
Epílogo Un mundo de utopías Blanca Azcárate y Ferran Montesa
Para saber más
Resumen
Los atlas publicados por las redacciones de La Vie y Le Monde en colaboración con numerosos intelectuales (escritores, geógrafos, filósofos, lingüistas…) barajan las cartas de la geopolítica: las religiones, las civilizaciones, las migraciones, la mundialización… Nuestra ambición es tratar, uno por uno y una vez al año, los temas más importantes que nos permiten descifrar la realidad. ¿Se aleja el Atlas de las utopías de este proyecto para perderse en el limbo y en los confines de un mundo confuso? La respuesta es no. Como bien dice el filósofo Miguel Abensour en estas páginas, el hombre es un animal utópico. La utopía no es solamente el “u-topos” (otro lugar), sino que es el lugar mismo del pensamiento creativo. La imaginación es la que genera la realidad.
En el siglo V a. C., Hipodamo de Mileto diseñó el puerto del Pireo como un plano damero que cambió la forma misma de la ciudad. Al principio de nuestra era, los primeros cristianos imaginaron un modo de vida fundado sobre la fraternidad, donde todos los bienes eran comunes. En el espacio de una generación, otro mundo parecía posible: un mundo frágil, pero ideal. A lo largo de la historia, el motor ha ido cambiando sin detenerse jamás en los fracasos o en las traiciones, haciendo retroceder así las fronteras de lo desconocido. Buscamos el paraíso terrestre, el reino mítico del Preste Juan. ¿Está en Etiopía o más bien en Extremo Oriente, más allá de la India y de Armenia? Hablamos sobre todo de países que, puesto que no existen, bien podrían parecerse al mundo en el que deseamos vivir. Nuestra imaginación crea ciudades enteras, países, ideas, sistemas políticos, máquinas.
El mundo actual debe muchísimo a las utopías del pasado. Pero, ¿y el mundo de mañana? En el momento en el que nuestra capacidad de innovación se acelera hasta un punto jamás visto, aparece el escepticismo, la preocupación y la desconfianza. Lo imaginario no siempre tiene buena prensa. Recelamos de los “grandes relatos” políticos; afectados por los totalitarismos, ¿cómo no íbamos a desconfiar de los discursos políticos que nos prometen un hombre nuevo viviendo en un mundo perfecto? El siglo XX nos ha despabilado y desencantado a un alto precio. Según Boris Cyrulnik, “las utopías son mortíferas de manera inocente”. El hombre contemporáneo no tiene más que la experiencia de lo que Edgar Morin llama “la mala utopía”, “la que pretende crear una armonía perfecta, eliminar el dolor de todo conflicto y hacer transparente a cada individuo”.
La mirada crítica forma parte integral de nuestros Atlas. Sin embargo, en plena crisis de crecimiento y de sentido, ¿hemos perdido nuestra capacidad de soñar colectivamente y de imaginarnos en el futuro, fuera de aquí, de otro modo? Qué triste sería. Y muy improbable. El mundo utópico no para de crecer. Aunque se machacaran todas las ilusiones humanas, el motor sigue en marcha. Nuestro trabajo es localizar y analizar nuevas aspiraciones, nuevos desafíos y nuevos inventos hasta quedar asombrados por la abundancia de materia. Esta obra es excepcional por la variedad de temas de los que trata, por la calidad de sus colaboradores y por la originalidad de sus cartografías, siempre sorprendente
