Compilado por: Daniel Waisbrot y otros CONTENIDO: Primer Panel: Conceptualización de Catástrofes Social. Limites y Encrucijadas - Segundo Panel: Herramientas Para Pensar Nuestras Catástrofes Cotidianas - Tercer Panel: la Crueldad de Otro Humano - Cuarto Panel: Efectos de la Catástrofe Social .Intervenciones En La Clínica
Resumen
Indagar los efectos que las catástrofes sociales producen en el psiquismo exigía al psicoanálisis no sólo armar un registro del "estado de la cuestión" -recogiendo las valiosísimas experiencias terapéuticas que los psicoanalistas argentinos fueron acopiando en los últimos veinticinco años-, sino que además demandaba una profunda revisión de los supuestos teóricos puestos en juego en la práctica clínica. Este libro -que recopila las intervenciones presentadas en las Jornadas que tuvieron lugar en Buenos Aires en julio de 2002- se propone como punta de lanza para introducir este debate y plantea lineamientos para su profundización. Sabemos que los efectos que una catástrofe social produce en el sujeto dependen de diversos factores: la posición de éste frente al traumatismo, las primeras formas de simbolización espontánea y los modos en que pueda seguir resignificando, entramando el suceso en su historia vivencial singular. Pero también -y ello no es de menor importancia- dependerá de las formas que el suceso vaya tomando en el imaginario colectivo y de las respuestas sociales que el conjunto social, político, cultural y jurídico pueda ir brindando frente a esa catástrofe. Lamentablemente, la experiencia argentina es pródiga en situaciones de catástrofe: el terrorismo de Estado, la guerra de Malvinas, el atentado a la embajada de Israel y a la AMIA, el estallido del arsenal de Río Tercero, la miseria socioeconómica crónica que se ha instalado con consecuencias devastadoras para el psiquismo. Se trata de situaciones que este libro procura pensar con el fin de construir una red de instrumentos que posibiliten hacer frente a los nuevos desafíos que esperan al psicoanálisis y los psicoanalistas. Que no son pocos. Frente a las situaciones de catástrofe -cuando lo real ingresa por la puerta grande- el psicoanálisis tendrá que ayudar a organizar y significar lo acontecido mediante simbolizaciones nuevas o de transición; su tarea no se reduce, pues, a encontrar lo que ya estaba sino a producir elementos nuevos que den lugar a un producto diferente del que ya existía. Tarea que exige al psicoanalista examinar el impacto de la crueldad en la subjetividad; diferenciar trauma, catástrofe y caos; analizar la dialéctica de la repetición y la novedad, en definitiva, indagar las problemáticas que se presentan cuando la condición de "sujeto de la catástrofe" ha devastado a la de "sujeto del deseo".
