La aplicación de la NIIF 16 trajo sustanciales modificaciones a la contabilidad de los arrendatarios, pues estos ya no tendrán que clasificar los arrendamientos entre operativos y financieros dependiendo de las características del contrato, como se hacía con la derogada NIC 17. En su lugar, la gran mayoría de estos contratos implicará el reconocimiento de un activo por derecho de uso y de un pasivo por arrendamiento, cuyos principios básicos tanto en el momento inicial, como en el posterior, se presentan en este documento.
