En el siguiente texto, se hace una reflexión, a propósito de la marcha del sector educativo del 27 de abril, acerca de problemáticas que tienen que ver con la memoria. Acontecimientos que casualmente pasan desapercibidos para la mayoría de los medios
de comunicación constituyen manifestaciones del eterno quehacer en nuestro país, donde los árboles no dejan ni quieren ver el bosque. El eterno abandono y manipulación a que han sido sometidos diversos estamentos, la falta de acción gubernamental, la permanente omisión por parte del gobierno central de sectores fundamentales como la educación sin la cual es difícil vislumbrar un mejor futuro. Y en medio de todo esto la presencia de la memoria y la práctica educativa como elementos cohesionadores que posibilitan la no repetición de esa historia silenciada para intentar cambiar por fin nuestra realidad.