En la ficción histórica, las distintas instancias de la voz que podemos reconocer en toda novela (narrador, personaje, autor) son un aspecto de la composición de una imagen sobre el pasado. Rasgo esencial del personaje, la voz emerge también como estilo del autor y por ello puede ser entendida como una huella de la experiencia histórica de un sujeto. De las marcas sociales del discurso a las sonoridades asociadas con un temperamento o un estado de ánimo, las distintas inflexiones que la voz puede sufrir en la ficción histórica dependen de la relación que el autor establece con el pasado histórico, de la manera en que se lo plantea como objeto.