Se hace un recorrido por la obra freudiana para destacar el lugar del síntoma en psicoanálisis y mostrar su dualidad: como “formación” y como satisfacción pulsional, que conspira contra la primera. Luego se avanza en los desarrollos de Lacan para mostrar también la dualidad del síntoma como “envoltura formal” y su reverso, el goce. Este resultado invita a tomar recaudos en la dirección de la cura cuando se trabaja la sintomatización del sujeto, ya que no siempre la envoltura formal es un camino posible; a veces, el obstáculo que presenta su contracara, el goce, lleva a tomar otras vías, acaso más complejas.