El artículo pretende demostrar que el tratamiento del síntoma en psicoanálisis está completamente articulado a la ética, que esta disciplina propone como la ética del bien-decir, más allá de la terapéutica, lo que desplaza la experiencia analítica hacia afuera del campo de las psicoterapias y conduce el tratamiento hasta el encuentro con un real que sitúa el síntoma como sinthome al final.