¿Es posible garantizar que las formas de intervención, de tratamiento y de nominación de los antagonismos propios del lazo social no deriven en nuevas formas de segregación y exclusión? Abordamos esta pregunta en relación con dos aspectos: en primer lugar, los efectos paradójicos de la política pública, que parece promover formas alienantes de subjetividad y, en segundo lugar, las paradojas del deseo, dada su inscripción en el Otro por la vía de las pequeñas reivindicaciones y los sentimientos de apatía y desamparo que provoca.