La indiferencia ante la matanza en masa fue novedad de la historia del siglo XX. Una tríada de “como si”, plenos de consecuencias, la especifican: “como si no viera”, “como si no escuchara”, “como si no existiera”… De allí, emerge una sentencia inapelable, “¡No eres nada!”, cuya figura queda realizada en el “musulmán” de los campos de concentración. Atendiendo a algunos inquietantes testimonios, trataré de trazar las coordenadas, tanto subjetivas como discursivas, que especifican esta sombría novedad de nuestra época.