Los Derechos Humanos —como ley que organiza nuestra época— hacen de la igualdad, la libertad y la fraternidad los atributos propios de la humanidad. En ese contexto la afirmación según la cual “todo humano es libre” implica que quien no sea libre no es humano. De esta forma se revela la ferocidad del mandato liberal que encierra nuestra época, que contrasta con la sujeción al lenguaje que reconocemos como estructural del sujeto. ¿Qué efectos tiene, para el lazo social, la manera en que se enuncia la libertad en la actualidad? ¿Cómo llegó a establecerse esta organización para el momento actual?