El énfasis que se pretendió hacer en los casos de pacientes que habían presentado intentos suicidas estaba justificado por el hecho de que los ingresos y salidas, diagnósticos, medicación y tratamiento que se les ofrece a las pacientes está relacionado con la persistencia de intentos o ideación suicida que presente anterior al ingreso y durante la hospitalización; ya que este se considera un criterio determinante, en el examen psiquiátrico que se le realiza a cada una de las pacientes, donde se descartan los síntomas psicóticos y depresivos más evidentes que se pueden identificar en una entrevista básica, donde se hace un sondeo de la situación y consciencia que tiene cada paciente de la enfermedad o el problema que la agobia. De este modo, al ofrecer la atención psicológica la institución hospitalaria brinda efectivamente un tratamiento terapéutico que reconoce la importancia de lo farmacológico, paralelo a un tratamiento y proceso psicológico, favoreciendo y logrando así un equilibrio entre mente y cuerpo, además beneficiando el control de síntomas y la adherencia al tratamiento que resultan tan relevantes desde la perspectiva psiquiátrica imperante en esta institución hospitalaria.