El síntoma es una construcción que tiene la función de relatar la existencia del sujeto. Este relato parte de la contingencia de los tres registros –real, simbólico e imaginario- en un marco específico, una delimitación que permite al sujeto establecer un único discurso sobre sí y su relación con el Otro. Esto implica que previamente se haya dado una organización libidinal que da lugar al ciclo pulsional. También implica que opere la angustia de castración para que el deseo surja desde lo simbólico, lo cual genera una transformación del Otro, que pasa de ser sólo cuerpo fuente de satisfacción real, a ser el Otro desde la cultura. Sin embargo, los cambios en la cultura contemporánea impulsados por el capitalismo y la globalización han deteriorado las relaciones intersubjetivas en tanto que el deseo ya no se encuentra en el misterio del otro. El objeto de deseo se ha desplazado del misterio de la otredad hacia el sí mismo, encerrando a los sujetos en un estado narcisista que es facilitado por el consumo y la relación con la mercancía. Este artículo se propone definir los componentes del síntoma desde diferentes conceptualizaciones de Freud y Lacan; segundo, describir la sociedad de la prohibición y la sociedad del consumo con relación al sujeto de la cultura; y, finalmente, analizar el impacto de la sociedad de consumo sobre los elementos fundamentales que conforman el síntoma.