Subjetivar el fútbol obedece a darle carácter singular a través de una escucha particular a una práctica que se enmarca desde lo colectivo y que se escucha desde lo colectivo, de allí que sea una apuesta, cara o cruz por alcanzar aquello que se recorta entre el grito de la muchedumbre y lo excesivo de la repetición. Es el título que elegí para el trabajo que redacté durante el año de mi especialización y que fue, incluso para mí, una búsqueda de mi deseo, de mi singularidad, un intento también de salvarme e impedir la repetición de lo mismo, de lo absurdo que me excede. Implica necesariamente una interrogación sobre mi hacer y más aún acerca del cómo de mi hacer y segundo por los efectos que dicho cuestionamiento impone en quien pretende desarrollar una escucha que sea algo más que un espejo, una orden o un consejo, pues se trata de otro tipo de escucha, de una escucha de la caída, de la fuga, de la literalidad, algo que demanda una alta exigencia y una ardua preparación que va más allá del escenario académico.