El enfoque del estudio de género desde una perspectiva amplia, fue posible gracias al análisis y observación de los aspectos discursivos, simbólicos y observables dentro de las dinámicas sociales. El discurso como forma de poder sobre los cuerpos, al crear este redes de verdades aceptadas como posibles evidencias; un ejemplo de esta suposición es la afirmación “Es niño y su nombre será Juan”. Este elemento discursivo se convierte en la verdad del género para ese cuerpo sexuado, al cual desde ese momento, se da unos roles de acuerdo a sus características genitales; por lo cual, si este cuerpo sexuado decide que “Juan” es un elemento discursivo que desdibuja su líneas de género, entonces un posible “No soy Juan, mi nombre sentido es Victoria” transformaría los poderes que se ejercen dentro de los significante de este cuerpo en particular. Entonces, la pregunta ¿Es la biología un destino de acuerdo a la genitalidad? ¿Cuáles son los significantes y significados en esta línea de pensamiento? Así, estos significantes tales como “mujer, hombre, gay, maricón, lesbiana” crearían un significado de acuerdo a las culturas que rodean estos elementos discursivos, el cuerpo se transformaría en un elemento que porta las marcas del género. Atado a esto está los estudios y análisis sobre el deseo del Mismo por el Mismo, o el Otro por el Mismo; haciendo una interpretación a las sistemas de poder ejercidas por el sujeto dentro de contextos históricos, donde era necesario portar estos aspectos del sujeto con orgullo, o esconderlos por lo escandaloso de sus actos. Todo esto bajo el cuestionamiento constante a las dinámicas heterosexuales (Que se basan en un supuesto de reproducción natural) y patriarcales (Cómo el poder que ejerce un cuerpo sobre el otro).