El horror se apodera de Occidente. París se encuentra conmocionada por los atentados cometidos al semanario satírico Charlie Hebdo. Emerge en el mundo un repudio y un pathos solidario que proclama al unísono un rotundo rechazo al terrorismo. Es en este momento cuando el filósofo esloveno Slavoj Zizek opta por un gesto excesivo: decide pensar y el resultado son estas reflexiones blasfemas