Los cambios culturales por los que ha atravesado la humanidad, han desembocado en nuevas formas de perversión. La transgresión que durante mucho tiempo estuvo ligada directamente con lo perverso ha dejado de ser característica imprescindible de la misma. En el presente texto se plantea lo perverso desde el sufrimiento afligido al otro como particularidad principal de la perversión actual, lo que significaría una discusión en torno al lugar en el que se inscribe el goce abyecto.