El presente artículo expone, a partir de un estudio de caso, la implicación que tiene en diagnóstico que se le asigna al “otro” denominado loco, anormal, diferente; en el reconocimiento como sujeto; en la sociedad de la cual hace parte y en particular de quienes se suponen portan el conocimiento y el discurso científico. En este sentido, contribuye a develar que la relación que se establece con el “otro” señalado como enfermo mental no es en la alteridad y que ésta deviene no precisamente de la objetividad de la ciencia, sino del modelo educativo en el que nos formamos para y con la sociedad. Por último el estudio de caso permite un acercamiento y un reconocimiento del sujeto a través de su discurso, pero no con la finalidad de categorizar y diagnosticar, sino de comprender qué es realmente lo que vive una persona en condición de lo que se ha establecido como enfermedad mental.