CONTENIDO:INTRODUCCIÓN
La ruta de los baquianos: trenzado de viajeros
A LA CAPTURA DE LOS ESPACIOS INTERIORES
Habitar en paisajes y gemas
Manos sabias que hacen florecer el pasado
Habitar en el cuerpo y en el color
LAS BIOGRAFÍAS ESTÉTICAS
Libros como puentes
El viejo escritor
Palabras que son espejo, ruta y conquista
La alquimia del encuentro
La vida que surge entre las manos
Refugios de tierra, agua y viento
La terca esperanza que cuida el esplendor de unos zapaticos blancos
Pintar para descubrirse
La captura de lo invisible
Viajes, distancia y encuentro
Ponerse en los zapatos de otro
La vida del juego
El fondo musical de la vida
Asomarse a la vida
La vida y sus formas reparadoras
PRÁCTICAS CONTADAS Y CANTADAS
Intervenciones de psicólogas en formación que hicieron uso de herramientas clínico-estéticas
Refugios hechos de palabras
Resignificando la sala de lectura infantil
Un lugar, un hogar
Cuentos a cuatro manos
Los puentes invisibles
Metáforas como mariposas, volando por la
“habitación de los libros”
El espejo sonoro
Mi voz, su espejo sonoro
Canto a su familia
El ritmo entre dos
El juego musical: un lugar para existir
Yo me llamo D
BIBLIOGRAFÍA
WEBGRAFÍA
Resumen
El viaje emprendido con los autores de estos relatos –los baquianos– comienza con la invitación a construir una biografía cuyo hilo conductor fuesen las experiencias estéticas que han contribuido a dotar sus vidas de sentido. A estas producciones –de intenso olor a memorias– las llamamos biografías estéticas y esta propuesta de viaje y aventura, de alteridades y nos/otros, está enmarcada en dos cursos de pregrado para futuros profesionales de la psicología: Clínica y Estética y Práctica Profesional.
Del viaje obtendríamos, además de una memoria escrita que contenía un entramado de producciones, un “producto” en el que la música, la danza, la escritura, la culinaria y el modelado,
entre otras expresiones, le permitían a cada viajero metaforizar el sentido de esa experiencia estética en sus vidas. Relato y obra se conjugarían para garantizarle al lector vivir de diversas y sentidas maneras la experiencia del viaje.
En la construcción de sus “biografías estéticas”, estos viajeros fueron re-descubriendo en sus propias vidas la sutil y poderosa fuerza transformadora de las palabras cantadas y contadas. Ahora, más sabios por reconocerse en sus propios recursos, han podido favorecer, mediar y exaltar, los recursos de los otros.