Los celos engañan. Lo propio de los celos se inscribe en el discurso del amo. Freud y Lacan estudiaron los celos para mostrar su fuerza y su implicación constante en toda formación humana, y constataron que su salida es la segregación o la muerte. Es por esta razón que el discurso analítico propuso, desde Freud, atender a otro afecto para producir un corte verdadero con respecto al deseo del Otro; se trata de la angustia, afecto que no engaña y que permite una separación no segregativa.